Este protocolo representa una de las bases fundamentales para cualquier proceso de sanación energética profunda, liberación espiritual y activación de capacidades superiores. Su importancia radica en los siguientes aspectos:

1. Descalcificación y activación de la glándula pineal

La glándula pineal es considerada el “asiento del alma” y el centro biológico del tercer ojo. A través de este protocolo, se eliminan densidades, sedimentos energéticos y velos que impiden su correcto funcionamiento. Esto permite acceder a niveles más elevados de percepción, intuición, visión profética y discernimiento espiritual.

2. Eliminación de bloqueos estructurales y memorias profundas

Muchas capas energéticas que envuelven la conciencia han sido formadas por traumas, adoctrinamientos, pactos o experiencias espirituales distorsionadas. Este protocolo permite liberar esos núcleos oscuros incrustados y restaurar el flujo libre del alma y del espíritu.

3. Restauración del canal espiritual y reconexión con la Fuente

La limpieza de la corona y del eje central permite que el individuo se vuelva receptivo nuevamente a la inspiración divina, a la conexión con mundos superiores y al acceso directo a la sabiduría interna. Esto reactiva el canal de comunicación con la fuente creadora.

4. Protección energética y reordenamiento del campo sutil

Al eliminar capas densas, energías parasitarias y patrones vibracionales discordantes, el campo energético queda fortalecido. Esto no solo mejora la salud espiritual, sino que protege de futuras interferencias energéticas o ataques psíquicos.

5. Preparación para trabajos espirituales más elevados

Este protocolo actúa como una limpieza de base, necesaria antes de aplicar protocolos relacionados con pactos, reprogramación del alma, códigos hebreos, liberación de entidades o iniciaciones superiores. Es una etapa de purificación antes de ascender a niveles más profundos del alma.