Eliminación de Magias de Distintas Culturas y Corrección de Distorsiones Energéticas

En un mundo donde las fronteras culturales se han disuelto pero las cargas espirituales siguen viajando entre generaciones, cuerpos y territorios, es indispensable crear herramientas de luz que respondan a los desafíos energéticos contemporáneos. Este protocolo nace como una obra de sanación profunda, dirigida no solo a individuos afectados por energías densas, sino a terapeutas, sanadores y servidores de la luz que buscan erradicar huellas mágicas insertadas a través de prácticas, pactos o rituales que se originan en diversas tradiciones culturales.

Las magias —ya sean rojas, negras, sexuales, ancestrales, chamánicas, sincréticas, religiosas, africanas, orientales o esotéricas— actúan como sistemas de programación energética. Instalan estructuras que interfieren con el flujo divino del alma, generando ataduras, portales abiertos, implantes, pactos y maldiciones que limitan el libre albedrío, bloquean el acceso a la luz, debilitan la energía vital y mantienen al ser humano en estado de sometimiento, confusión o enfermedad espiritual.

Desde la perspectiva de la Cábala, la única realidad verdadera es la Luz Infinita del Creador (Or Ein Sof), y todo aquello que no proviene de ella es una ilusión o clipá (cáscara) que debe ser transformada, elevada o anulada.

Eliminar estas magias no es un acto de lucha contra el mal, sino un acto de restauración cósmica, donde se devuelve al alma su arquitectura original y se reestablece su alianza con el Nombre Sagrado de Dios.

Este protocolo actúa sobre múltiples niveles del ser: cuerpo, alma, espíritu, emociones y memoria energética. Cada etiqueta en hebreo ha sido seleccionada y diseñada según principios cabalísticos, códigos bíblicos y geometría espiritual, para romper toda interferencia energética, cerrar portales oscuros, disolver pactos no autorizados por el alma, y purificar todo lo que haya sido afectado por entidades, pensamientos, hechizos o maldiciones.

Lo que aquí se propone no es solo una limpieza, sino una restitución del propósito sagrado del alma. Un regreso a la fuente. Una reconexión con la soberanía espiritual perdida.

Porque el ser humano ha sido creado a imagen del Creador, y ninguna fuerza debe tener dominio sobre su luz.

Este protocolo es una herramienta sagrada. Usado con conciencia, intención pura y conexión espiritual, se convierte en un acto de liberación planetaria.