¿QUÉ ES EL MAL POSTIZO?
Definición general:
El mal postizo es una forma de interferencia espiritual o energética impuesta, que no pertenece al alma original de la persona, sino que ha sido implantada, inducida o adherida artificialmente por medio de actos como brujería, pactos, maldiciones, magia ceremonial, entierros rituales o programación energética.
Se llama “postizo” porque no forma parte del diseño divino del alma, pero se adhere al campo energético como si fuera propio, generando efectos distorsionantes en los planos mental, emocional y espiritual.
Naturaleza del mal postizo:
A diferencia de una enfermedad médica o un trauma psicológico natural, el mal postizo no tiene raíz en el ser interior, sino que ha sido colocado intencionadamente desde fuera. Produce:
Bloqueos espirituales
Trastornos energéticos
Desconexión con la identidad divina
Pérdida del propósito del alma
Muchos de sus síntomas pueden parecer enfermedades físicas, mentales o emocionales, pero en realidad son supuestos: es decir, apariencias energéticas impuestas que no tienen origen real en el cuerpo ni en la psique, sino en una fuerza ajena incrustada artificialmente.
Efectos típicos del mal postizo:
Sensación de estar “poseído” o intervenido energéticamente
Pensamientos intrusivos o tristeza profunda sin razón visible
Bloqueos en áreas clave: economía, pareja, salud, propósito de vida
Enfermedades que no responden a tratamientos
Sueños o visiones con entierros, muñecos, fotos, cuerdas o cementerios
Impresión de “no ser uno mismo”
Conclusión:
El mal postizo es un velo impuesto sobre el alma. Mientras no sea detectado y disuelto desde la raíz, seguirá actuando como una realidad falsificada que parasita la energía vital y desvía el propósito original. Solo a través de protocolos sagrados, limpieza profunda, rectificación espiritual y sellado divino puede el alma recuperar su verdad, su luz y su destino auténtico.






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