Este protocolo constituye un sistema de protección y restitución de justicia espiritual de alta potencia, diseñado para actuar directamente sobre cualquier influencia de brujería, hechicería, maldición o envío energético negativo. Cada tarjeta ha sido cuidadosamente seleccionada para operar en distintas capas del sistema energético, comenzando con la limpieza del espacio y la creación de un pilar de fuego, siguiendo con la neutralización de pensamientos de destrucción y armas espirituales, y concluyendo con el sellado y la protección definitiva. Una de las piezas centrales de este protocolo es la tarjeta que contiene el Salmo 37:15, un versículo poderoso que declara: “Sus espadas entrarán en su corazón y sus arcos se romperán.” Este comando espiritual es clave, pues rompe la fuerza de los ataques dirigidos contra el consultante, desarma al adversario y revierte la agresión contra su origen, estableciendo un equilibrio perfecto en la Ley Divina. Además, este protocolo incluye la invocación de Samael, el ángel que en la tradición mística representa el rigor, la justicia y la destrucción de toda fuerza hostil. Esta invocación asegura que cualquier energía negativa, entidad invasora o trabajo de magia sea desintegrado en su raíz, sin posibilidad de reorganizarse o regresar al consultante. Samael actúa como ejecutor de la justicia divina, llevando a su término todo proceso de limpieza y asegurando que el campo energético quede purificado y fortalecido. El trabajo se sella finalmente con la activación del Sexto Pentáculo de Marte, símbolo salomónico que destruye armas y poderes de guerra en los planos visibles e invisibles. Este pentáculo establece un escudo protector a largo plazo, impidiendo que nuevas agresiones penetren en el sistema energético del consultante. En conjunto, este protocolo no solo elimina la magia del sistema energético, sino que devuelve su efecto a su remitente de acuerdo con las leyes de causa y efecto, restablece el orden original y cubre al consultante con un campo de luz, fuerza y justicia divina. La persona queda liberada de interferencias, fortalecida espiritualmente y rodeada por un blindaje energético que mantiene a raya futuros ataques, dándole paz y estabilidad en todas las dimensiones de su ser.