¿Qué son las ataduras en el campo espiritual y energético?
Una atadura es un vínculo de energía que limita, bloquea o condiciona el alma, la mente o el cuerpo de una persona.
Son como cuerdas invisibles que conectan a la persona con una energía, situación, persona o trauma que le impide avanzar, sanar o manifestar su propósito divino.
Tipos de ataduras más comunes:
Ataduras emocionales:
Relaciones tóxicas o dependientes.
Culpa, rencor, miedo, tristeza no resuelta.
Ataduras espirituales:
Pactos inconscientes con entidades, fuerzas oscuras o vibraciones bajas.
Contratos kármicos negativos de otras vidas o del linaje familiar.
Ataduras mentales:
Creencias limitantes como “no soy suficiente”, “nunca voy a lograrlo”, etc.
Programaciones de fracaso, miedo o escasez.
Ataduras astrales:
Lazos con energías del bajo astral (larvas energéticas, demonios, parásitos energéticos).
Amarras generadas por magia negra o manipulaciones espirituales.
Ataduras de enfermedad:
Programaciones energéticas que mantienen síntomas físicos o bloqueos de salud.
¿Cómo se forman las ataduras?
Por experiencias traumáticas.
Por juramentos (conscientes o inconscientes) de pobreza, sufrimiento, castidad, servidumbre.
Por vínculos tóxicos (familiares, de pareja, de amistades).
Por hechicería, brujería, maldiciones.
Por creencias implantadas social o culturalmente.
Por herencia espiritual (linajes familiares con karma no resuelto).
¿Por qué es importante romper las ataduras?
Para recuperar la soberanía del alma.
Para sanar heridas profundas.
Para activar el verdadero potencial espiritual.
Para liberar la energía bloqueada y fluir en prosperidad, salud y amor verdadero.
Para vivir alineado al plan divino de tu alma.






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