¿Qué son los Votos?
Los votos son compromisos, declaraciones o promesas de alta fuerza energética que una persona establece desde un nivel consciente, inconsciente o transgeneracional, y que quedan inscritos como contratos vibratorios dentro del campo espiritual, emocional y mental. Un voto no es simplemente una frase dicha en un momento de impacto, sino una estructura energética con dirección, intención y permanencia, capaz de influir de forma directa en el destino, las decisiones, los vínculos afectivos, la prosperidad y la manera en que la persona se relaciona con su propósito de vida.
Un voto consciente aparece cuando alguien declara algo desde la voluntad o desde una decisión intensa, por ejemplo: renunciar al amor para no sufrir, prometer silencio eterno, asumir sacrificios que no le corresponden, comprometerse con la pobreza para “ser humilde”, o jurar cargar con problemas ajenos. Estas promesas generan programas internos que actúan como órdenes que el sistema energético obedece sin cuestionar, manifestándose en bloqueos emocionales, relaciones fallidas, autosabotaje, limitaciones económicas o incapacidad de avanzar.
Los votos inconscientes nacen en momentos de dolor profundo, trauma, miedo, abandono, pérdida o situaciones de alta intensidad emocional. Aunque la persona no recuerde haberlos hecho, su energía registra frases como “no merezco más”, “estoy sola”, “no tengo derecho a ser feliz”, “acepto el sufrimiento como parte de mi vida”. Estas impresiones se convierten en códigos de repetición, que mantienen a la persona atrapada en patrones que no comprende y que se repiten una y otra vez.
Existen también los votos transgeneracionales, heredados del clan familiar. Son compromisos energéticos que vienen de los ancestros y se transmiten a través de la memoria del linaje. Suelen manifestarse como votos de pobreza, de obediencia, de sacrificio femenino, de silencio ante el dolor, de carga emocional, de renuncia a la felicidad o de repetición de destinos trágicos. Estos votos son especialmente potentes porque no pertenecen al individuo, sino al clan completo, y afectan la vida actual hasta que se reconocen y se disuelven.
En términos espirituales y radiestésicos, un voto actúa como una atadura vibratoria que conecta a la persona con una idea, un mandato o un destino que ya no corresponde a su evolución. Mientras el voto siga activo, el sistema energético interpreta esa promesa como una ley interna que debe cumplirse, generando frenos, bloqueos, estancamiento o conflictos en diferentes áreas de la vida. Su liberación requiere técnicas de desprogramación energética, trabajo con péndulo, protocolos específicos o procesos de conciencia para romper, disolver y cancelar el contrato.
En esencia, los votos son contratos energéticos de alto impacto, capaces de moldear silenciosamente la vida de una persona durante años o incluso generaciones completas, hasta que se hacen conscientes y son anulados para permitir la libertad, la expansión y la recuperación del propósito original del alma.






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