Un enterramiento mágico destructivo es un acto de brujería donde se busca enterrar simbólicamente o energéticamente a una persona viva, utilizando elementos físicos o energéticos como tierra de cementerio, muñecos vudú, fotografías, ropa, fluidos, sangre, huesos, excrementos, velas negras, maldiciones verbales o escritos ritualizados. Estos trabajos se hacen para desconectar el alma de su cuerpo, del Árbol de la Vida, de su misión divina y de su luz interior. Su propósito es cortar completamente el flujo de energía vital, apagar el brillo espiritual, y condenar a la persona al estancamiento, la oscuridad, la ruina o la muerte en vida

Cuando un alma ha sido enterrada mediante brujería, sufre un cierre energético profundo. La persona puede experimentar cansancio crónico, enfermedades sin causa visible, pérdida de sentido, pensamientos de muerte, confusión mental, ataques espirituales, pesadillas, insomnio, estancamiento financiero, rupturas, bloqueos sexuales, aislamiento social o familiar y una sensación interna de estar “muerto por dentro”. Esto ocurre porque su alma fue sepultada vibratoriamente y quedó desconectada del alma divina. Es como vivir con la energía atrapada bajo tierra, sin oxígeno espiritual, sin dirección y sin defensa.